Carlos Barrera y Elsa Moreno comparten las claves de «Comunicar Europa en el siglo XXI»

  • Fecha:03-10-2022
  • Fuente: Servicio de Comunicación de la Universidad de Navarra

Carlos Barrera y Elsa Moreno, ambos profesores de la Facultad de Comunicación, han sido los coordinadores de la publicación «Comunicar Europa en el siglo XXI», una investigación que parte de los fundamentos teóricos e históricos de los análisis que en 1999 escribió María Lozano Úriz (1970-2020) en su tesis doctoral, y que aborda los principales retos y desafíos a los que la Unión Europea y sus instituciones se enfrentan a la hora de comunicar su actividad e identidad.

El libro ha sido publicado por EUNSA y reúne contribuciones de profesionales que han trabajado en Bruselas y que compartieron con María Lozano su pasión por Europa, junto con las de académicos y periodistas expertos en temas europeos y diplomacia pública. Tomadas en su conjunto, se ofrece una visión poliédrica que enriquece el conocimiento y la discusión sobre Europa.

En esta entrevista, los autores comparten las principales claves del libro.

¿Cuál es la principal idea que planteáis en «Comunicar Europa en el siglo XXI»? 

La idea que vertebra un libro con autores tan diversos, pero todos conocedores de la realidad de la Unión Europea, es la necesidad de reconocer lo que María Lozano denominó, en su tesis doctoral defendida en 1999, las «barreras de la comunicación» en la UE para, desde ahí, realizar propuestas de acercamiento de esa realidad supranacional a los ciudadanos de sus Estados miembros.

¿Cuál diríais que es el principal reto que tiene la Unión Europea hoy en día a la hora de comunicarse con los ciudadanos?

Creo que lo resumen muy bien Cristina Gallach en su epílogo: «estrategias de comunicación basadas en la acción, en el impacto de las políticas en las personas». En la acción, primero, porque no basta solo con decir, con lo que suele llamarse ahora «narrativas» –storytelling en inglés– sino que los ciudadanos deben percibir que se hacen cosas que repercuten positivamente en sus vidas: el storydoing. No es tarea fácil porque los gobiernos nacionales tienden a apropiarse de los éxitos de las políticas de la Unión.

¿Qué aportó María Lozano a la comunicación de la Unión Europea?

Aportó algo muy relevante a través de su labor como delegada del Gobierno de Navarra en Bruselas desde 2001 hasta 2013: la importancia de las regiones, que tiende a diluirse cuando se habla de una Europa de los Estados y, sin embargo, son las realidades más cercanas a las personas para fomentar su desarrollo y bienestar. Con este libro se muestra ahora también su faceta de pionera investigadora de la compleja realidad de la UE y los retos que presenta su comunicación. El libro combina historia y presente, experiencia y diagnóstico. 

¿Cómo abordáis la evolución de la comunicación de la Unión Europea en los últimos años?

A través de dos líneas principales. Por un lado, rescatamos y actualizamos capítulos de la tesis de María que analizaban en detalle aspectos teóricos y los hitos legislativos y regulatorios de la política informativa comunitaria. Se reordenaron y se actualizaron para conformar la primera parte del libro. Por otro lado, profesionales de alto rango con experiencia en Bruselas, académicos y periodistas expertos en asuntos europeos y diplomacia pública ofrecen una visión poliédrica sobre cómo acercar la UE a sus ciudadanos y, de esa manera, crear engagement, legitimidad y confianza en un tiempo caracterizado por la fragmentación y la desinformación.

Elsa, tú fuiste amiga y compañera de María Lozano durante los años de carrera, doctorado y posteriormente durante su trayectoria profesional. ¿Qué rasgos de María hicieron que fuera un referente en la comunicación de las regiones dentro de la Unión Europea?

Destacaría dos rasgos. María fue una europeísta convencida y convincente, que no olvidó sus raíces navarras. Cursó una beca Erasmus en la Universidad de Maguncia (Alemania), aprendió idiomas, se decidió por la UE para su tesis, y esto le ayudó a impulsar la Delegación del Gobierno de Navarra en Bruselas (2001-2013) que se convirtió en referencia para otras oficinas regionales europeas, no solo las españolas. Además, María tuvo una sólida vocación de servicio público desde una vitalidad incansable. Esto le llevó a trabajar en cómo los procesos de innovación y los diferentes fondos europeos pueden mejorar la vida cotidiana de las personas, las empresas y las organizaciones. Primero desde la Delegación y luego desde el Comité Europeo de las Regiones.