Ercilla, Campo y San Millán. Diez encuentros fortuitos

En 1869, el Conde de Lautréamont (pseudónimo de Isidore Ducasse) escribió Los cantos de Maldoror. En una de sus escenas, muy celebrada años después por los surrealistas (de hecho, será traducida a dibujos y esculturas por Man Ray o Meret Oppenheim), se narra: “Bello como el encuentro fortuito de un paragüas con una máquina de coser en una mesa de operaciones”.
La muestra Ercilla, Campo y San Millán. Diez encuentros fortuitos debe su nombre a esta idea de hallazgo inesperado, de reunión de elementos extraños entre sí. Lejos de haber elaborado una propuesta expositiva completa, destilada o cronológica de la arquitectura de Roberto Ercilla y Miguel Ángel Campo, se propone un encuentro alternativo a través de una óptica contemporánea y una selección del material fotográfico depositado en el Archivo General de la Universidad de Navarra.
Se han evitado las imágenes estrictamente documentales, contextuales, objetuales o de detalle de la obra de los arquitectos (más conocidas y publicadas), para reunir rarezas visuales y narrativas menos comunes. Todas son obra del fotógrafo César San Millán, en quien Ercilla y Campo confiaron como un colaborador más desde el principio de su práctica, y han sido recuperadas, editadas y producidas por Pedro Pegenaute.
El resultado son estas diez ensoñaciones, reunidas primero en un encuentro fortuito sobre una mesa de luz y en esta muestra después. Los reflejos, las luces y sombras, las abstracciones, los encuadres cerrados y las simetrías desveladas son sólo algunos recursos gráficos que revelan otro rostro de la bella obra de los arquitectos.